La piratería y los españoles

La piratería no era nada ajeno a los españoles. La vieron desfilar ante sus costas desde la Edad Antigua, pero principalmente durante el medievo, cuando los piratas normandos y vikingos alcanzaron la península Ibérica. Las incursiones de los primeros a las costas gallegas fueron temibles durante el siglo IX y las defensas más antiguas de Compostela se hicieron para evitar que profanaran la tumba del Apóstol. San Rosendo, obispo de dicha ciudad, hizo frente a varios ataques vikingos y logró dar muerte al famoso Gundarendo en tiempos del reinado de don Ramiro, tercer monarca leonés. Años después Ulf, otro pirata danés, asoló Galicia.

Tampoco les era extraño el corso, muy vinculado al origen de su marina. En términos generales se puede decir que piratería o corso fueron la cuna de casi todas las marinas nacionales, confundiénose durante la Baja Edad Media, pues los súbditos de cualquier Estado beligerante podían actuar legítimamente contra los de otro sin necesidad de patente real. Los árabes utilizaron la piratería, o el corso, como se quiera interpretar, contra las ciudades cristianas. En el año 813 una flota catalana del conde de la Marca de Ampurias, formada por Carlomagno, derrotó una escuadra de piratas musulmanes, capturando ocho naves. La Armada de Galicia nació del corso. Fue creada en la primera mitad del siglo XII (año 1120), por el arzobispo de Santiago, Diego Gelmírez, para defender la costa de dicho reino contra los ataques de los piratas árabes. En 1296 se fundó la celebre Hermandad de las Marismas, con capital en Castro Urdiales, que reunió a los marinos cántabros en una actividad principalmente corsaria contra enemigos de Bayona e Inglaterra.

Flotas piratas o corsarias fueron utilizadas por los reinos peninsulares en sus guerras hegemónicas, imitando a los ingleses y flamencos. La contienda castellano-aragonesa de 1356 fue provocada en parte por los asaltos de los piratas aragoneses a las costas andaluzas. Como la amparaban las dos Coronas peninsulares podría decirse que se trataba en realidad de un verdadero corso. Corsarios castellanos incursionaron contra Inglaterra en la Guerra de los Cien Años. En 1380 el almirante Fernán Sánchez de Tovar penetró con 20 navíos por el Támesis e incendió Gravesend, cerca de Londres. Konetzcke señaló que “La guerra entre Castilla e Inglaterra se llevó a cabo también en forma de piratería y sin escrupulos. Los reyes de Castilla concedieron a sus marinos patentes de corso para la captura de barcos ingleses, y éstos procedieron con no menos violencia. Los corsarios no se preocupaban a menudo de la nacionalidad de sus victimas, viendo en la guerra en corso un negocio de gran rendimiento. El comerciante marítimo se convirtió así en corsario.

2 comentarios:

  1. hola como estas?gracias por este blog muy buenoexcursiones en estambul

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  2. Interesante texto que nos ilustra una época de piratas y corsarios en la historia de España que no ha sido tan divulgada.

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