Henry Morgan

henry-morgan Fue el más grande los filibusteros. Nació en el condado de Glamorgan, en el suroeste de Gales, hacia 1635 en el seno de una familia de terratenientes galeses. Su padre fue Robert Morgan. Parece que, movido por el deseo de aventuras, embarcó hacia Barbados como sirviente contratado, donde estuvo algunos años, pasando luego a la Tortuga, donde aprendió el oficio de filibustero asaltando mercantes en la costa cubana.

Se trasladó luego de nuevo a Jamaica, donde su tío Edward Morgan fue nombrado vicealmirante. Logró una buena recomendación y entró en el servicio de Mansvelt en su expedición a Curazao y a Santa Catalina. Le siguió luego en su aventura por Panamá y por Costa Rica. Mansvelt murió el año 1667 y Morgan subió entonces de categoría, aprovechando que el nuevo gobernador de Jamaica, Modiford, había sido gran amigo de su tío. El gobernador jamaicano le ordenó dirigirse a Cuba para averiguar si se preparaba un ataque a Jamaica. Morgan reunió una flotilla de unas 12 embarcaciones y 700 hombres, casi todos ingleses y franceses, con los que merodeó frente a La Habana y desembarcó posteriormente en Santa María desde donde se dirigió por tierra hasta Puerto Príncipe, población que tomó con facilidad. Hizo un minucioso saqueo e impuso un tributo de 500 vacas y sal por no quemar la población, regresando luego a Jamaica con el botín. Tras éste vinieron otros muchos y, sobre todo, Portobello en 1669, cuyas murallas asaltó parapetándose en monjas y curas.

Siguió a continuación el asalto a Maracaibo en marzo del mismo año, seguido de Gibraltar. Aquí estuvo a punto de tener un descalabro frente a varias naves de guerra españolas, pero las burló usando brulotes. Finalmente emprendió la mejor acción de su “currículum vitae”, que fue asaltar Panamá en 1671, tras atravesar el istmo. Allí logró un botín de plata, oro y joyas que transportó en 175 mulas. Ante los reclamos del embajador español fue requerida su presencia en Inglaterra. Detenido y llevado a Inglaterra en 1672, pasó dos años en la torre de Londres. No se le encontró culpable de ningún delito, por lo cual fue premiado con un título de caballero volvió a Jamaica con el nombramiento de teniente de gobernador de Jamaica.

A los 39 años era rico y poderoso y dueño de enormes plantaciones, pero un vuelco en el poder político hizo que fuera destituido. Su actuación en este cargo fue fundamental para acabar con los filibusteros, a los que traicionó ejerciendo dicho cargo. Murió en 1688.

El destino de su gran fortuna continúa siendo un misterio. Algunos afirman que la dilapidó, otros siguen buscando su tesoro escondido.

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