Dénia, ciudad de Corsarios

Dénia ha sido durante muchos años un nido de corsarios, dada su situación privilegiada y su puerto natural. Pues no existían ni escolleras ni muelles. El puerto era un fondeadero de los pocos que había en el Mediterráneo español. Hay grabados de la época de importantes geógrafos que así lo demuestran como Vespasiano Gonzala, Espinalt, Cassaus, A. de Laborde, Cavanilles, Berabendi, o el cuadro de Vicent Mestre en el que se ven dos fondeaderos que uno podría estar localizado en la zona de la Caldera y el otro frente de la torre del Raset.

puerto denia
Ya en la época islámica, Mujahid en el 1012 funda la Taifa de Dénia, en la que construye una gran escuadra, y los marinos y piratas dianenses se desparraman por todo el mediterráneo. Primero se apoderaron de Tortosa, aunque la abandonaron muy pronto. Mantuvo guerras con Jairan de Murcia y con Aben Abu Amir de Valencia, luego conquisto las Baleares y las unió al Reino de Dénia. Desde allí intentó la conquista de Cerdeña en 1017, pero el pontífice Benedicto dirigió un legado a la ciudad de Pisa invitandola a que contribuyera a expulsar de Cerdeña al rey Mujaid. Parece ser que los pisanos de la Santa Sede socorrieron a los isleños y expulsaron a los árabes dianenses y mallorquines de la isla. Entonces Pisa fue investida por la desde Pontificia junto con la de Cerdeña. Hizo incursiones por las costas francesas e italianas, se apoderó del castillo de Juan que pertenecía al obispo de Milán, saqueando todos los tesoros que encontraba. Mujaid fue el mayor pirata marino de su tiempo, y mientras él vivió, ningún bajel cristiano se atrevió a surcar las aguas del Mediterráneo. Falleció en Dénia en el año 436 de la Hégira (1044 d.C.).


Esta orientación marinera se mantuvo tras la conquista cristiana y Dénia fue durante el S.XV puerto de escala para las embarcaciones italianas que cubrían la ruta atlántica. Pero en esta época Dénia seguía siendo un nido de corsarios y entre 1406-1476, el gobernador general del Reino, concedió licencias para armar las naves en corso. En Dénia había catorce, siendo el mayor porcentaje del Reino. Y si a este porcentaje añadimos las embarcaciones armadas ilegalmente o con autorización del gobernador local eran muchas las embarcaciones las que se dedicaban al corso. Pero eso, en 1457 el gobernador general recordaba a Dénia que no se podía armar barcos sin su permiso.
A principios de 1403, un destacado corsario de Dénia llamado Guillem Morató, se asoció con Bellmut de Mallorca y se apoderaron de una barca de sevillanos. En octubre de ese mismo año, en compañía de Nicolau Jiménez, capturaron las naves castellanas de Juan de Amallo y Domingo de Huga. En noviembre, junto con Diego Sánchez de Portocarrero, hicieron una incursión en el puerto de Cartagena y combatieron a una carraca veneciana. La Zona de pillaje de estos corsarios no estaba muy lejos de su base, así y todo, algunas veces llegaban al norte de África.


Los tipos de embarcaciones dependían de lo lejos que se alejaban de la costa. Eran muy rápidas y aptas para navegar en el Mediterráneo. Leños o bergantines, fustas, galeotas de unos 15 ó 20 metros de eslora, algunas sin cubierta, aparejados con 10 ó 18 bancos de remos y vela latina o de cangreja. Podían llevar alguna pieza de artillería de bajo calibre y algunas culebrinas para el asalto. Muchas de estas embarcaciones se dedicaban también a la presa de esclavos moros y negros, para luego venderlos en los mercados, principalmente de Alicante, Orihuela y Guardamar. Un negro adulto podía costar 570 sueldos, una negra adulta 500 sueldos, un joven 560 y una joven negra de 300 a 600.


En resumen, vemos que en el s.XV hubo gran actividad corsaria y muchos se enriquecieron. Hasta que en 1448, corso ilegal fue perseguido por las autoridades y el gobernador de Dénia retenía el bergantín y las mercancías que transportaba Marti Pérez de Segorbe, acusado de ir al corso ilegalmente.


Pero la actividad corsaria siguió aunque legalmente. Por ejemplo, el marqués de Dénia, D. Francisco de Sandoval, privado del rey Felipe III, en el s.XVI fortificó el Castillo, para hacer frente a los piratas, costando 50.000 ducados. Y armó cuatro galeras para liberarse de los corsarios argelinos. Pero al mismo tiempo también practicaban esta actividad llegando a atemorizar las costas de Argel y Túnez, pues capturaron varias embarcaciones con ripo botín y liberaron a muchos cristianos. Prosiguiendo a la fama de grandes marinos que ha tenido Dénia durante su historia.

Vicente Grimalt i Albi
Publicado en CANFALI / Marina Alta

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